sábado, 16 de septiembre de 2017

En el corazón del bosque

Hace muchos años, existía un bosque que estaba situado justo en el corazón de lo que en ese entonces era un pequeño pueblo. En ese entonces sus árboles eran fuertes, altos y sanos, brindaban la mejor sombra y brisa para los habitantes del pueblo.
En el pueblo vivía un anciano con su esposa y su hija, quienes eran los que cuidaban los animales que en ese bosque habitaban. Las personas de ese pueblo vivían feliz, la pasaban en el lago que estaba en el bosque, los niños jugando y divirtiéndose. Con el tiempo esto iba cambiando, más personas llegaban a vivir al pueblo, que se había convertido en ciudad y con ello llego la contaminación. Luego de que fueran llegando las personas llegaron las fábricas, las casas y demás cosas que dañaron el bonito pueblo. El anciano, José, estaba decepcionado, enojado y con miles emociones pues los animales que el tanto había cuidado y quería se estaban enfermando, el bosque había cambiado su hermoso paisaje el agua cristalina del lago ahora estaba sucia, los arboles los estaban talando por más que su hija Helena y varias personas más hacían protestas en contra de la tala de árboles y desechos de basuras al lago, las personas no entendían o no querían entender que no contaminaran lo que quedaba de su pequeño pueblo. -¡Cómo fue que dejamos que esto pasara!?- comento la anciana, Janeth, a su esposo mientras estaba a la orilla del lago observando cuanta basura había -no pudimos hacer nada, es demasiado tarde- le respondió José a su esposa - no, aun se puede hacer algo José no podemos dejar que esas personas dañen lo que nosotros construimos y cuidamos- El estado en que el bosque se encontraba, no era triste sólo por su aspecto, sino por sus consecuencias. Al haber talado tantos árboles, ya la ciudad no tenía la sombra fresquita de antes, el clima estaba enrarecido y el calor era mayor del que la gente podía aguantar. Ya no había tantas copas generosas que taparan la fuerza con la que el sol se hacía sentir. Abundaban las gorras en la cabeza y la gente empezó a salir menos de sus casas. La poca agua que tenían enfermó también a los habitantes de la ciudad, no sólo a los animalitos. José, Janeth y helena veían que la naturaleza estaba cambiando, empezaba a haber tormentas, en las noticias se veía como el hombre descongelaba los glaciales, la tecnología estaba consumiendo a las personas, los animales se estaban muriendo. -¡Esto es terrible!-menciono helena-las personas no valoran lo que tienen. - La diferencia entre cualquier otro ser vivo y el Homo sapiens es que nosotros somos capaces de pensar. Somos capaces de darnos cuenta y controlar nuestro impacto ecológico como especie sobre el resto planeta para evitar generar un desequilibrio a escala global catastrófico-le dice José a su hija- Pero para ello se debe concienciar a la sociedad del verdadero papel del hombre como una especie más y del delgado equilibrio en el que nos encontramos y debemos preservar. Parecía una pesadilla, donde los habitantes de la ciudad veían en el bosque una especie de monstruo enojado que mostraba su furia y la hacía sentir. Y, como en una pesadilla, la realidad no era la que se cree ver. Aun así, sin que el bosque hubiese querido asustar a nadie, ni se hubiese convertido en un monstruo, la gente comenzó a tener miedo por primera vez. Muchas veces, a las personas nos cuesta entender cosas que, en realidad, son muy sencillas y que saltan a la vista. No hubiera sido necesario que la naturaleza tomara cartas en el asunto si las personas hubieran cuidado como era debido el medio ambiente, la gente debía de estar consciente del daño que estaba haciéndole al mundo y a ellos mismos, y que empezaran a cuidarlo y a ellos mismos. Días después de que la gente fuera viendo que lo que estaba pasando era por ellos mismos fueron cambiando su actitud y empezaron a proponer solucione. Empezando por dejar de talar los árboles, dejar de tirar las basuras a los lagos, y muchas cosas que protegieron tanto al mundo como ellos mismos. José y su familia volvieron a la tranquilidad que tenían cuando estaba el pequeño pueblo, solo que convertido en ciudad cuidando de los animales y del bosque y así todos terminaron tranquilos y en paz. “Solo cuando el ultimo árbol este muerto, el ultimo rio envenenado, y el ultimo pez atrapado, te darás cuenta que no puedes comer dinero” FIN

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